4.2 Obstáculos en la prevención de la violencia
1. Introducción
El abuso sexual infantil es un grave problema social que ocurre más frecuentemente de lo imaginado. Se trata de un delito que se realiza a puertas cerradas y en la privacidad. Los agresores se encargan de engañar a las víctimas haciéndoles creer que es normal lo que les hacen; esto lo logran mediante amenazas, seducción u otras estrategias para silenciarlas.
Como se sabe, la mayoría de los abusos sexuales son cometidos por personas cercanas a las víctimas, con quienes tienen un vínculo emocional significativo, siendo muy difícil para una niña o un niño hablar del abuso sexual que sufre.
Aunado a lo anterior, el tema de sexualidad y abuso sexual representa un tabú para muchas familias, las cuales no saben cómo abordar estos temas con sus hijas e hijos e intentan “prevenir el abuso sexual” diciéndoles que no se dejen tocar el cuerpo por otras personas. Sin embargo, no les brindan más información de cómo hacerlo, y la explicación del por qué no es correcto que alguien toque su cuerpo, específicamente “sus partes privadas”. Con ello, se genera incertidumbre y se responsabiliza a las niñas y los niños de su propia protección, dando una idea negativa de la sexualidad. Así mismo, la sociedad enseña a los infantes a obedecer a otros adult@s y de forma contradictoria, se les exige que no se dejen tocar por ell@s.
El abuso sexual se presenta ante una situación de desigualdad de poder, en donde las niñas y los niños se encuentran en un alto grado de vulnerabilidad ante l@s adult@s. La mayoría de los programas de prevención están centrados en dar información a la población infantil para que se proteja, situación poco viable debido a que la mayoría de las niñas y los niños no se pueden defender de un adulto, y menos cuando éste las y los está engañando, seduciendo o amenazando.
Para que la prevención del abuso sexual infantil realmente sea efectiva, es importante implementarla mediante un modelo permanente y continuo, que involucre la participación de toda la sociedad, en donde se aborde información sobre los derechos de la infancia y se fomenten relaciones de convivencia caracterizadas por el respeto y la armonía. Es fundamental involucrar la perspectiva de género, mediante un lenguaje sencillo, adaptado a la población infantil y adulta, para que, con una mirada sensible ante la violencia, se identifiquen todas aquellas desigualdades entre mujeres y hombres que la provocan.
Implementar un modelo de prevención efectiva, representa un gran reto, sobre todo si se considera las siguientes circunstancias latentes hoy en día:
- A través de algunos medios masivos de comunicación, se bombardea de imágenes y mensajes cargados de violencia de género, la cual ha sido normalizado por la sociedad.
- Niñas y niños atraídos por el internet tiene fácil acceso a pornografía e información inadecuada para ellos, además algunos agresores sexuales utilizan estos medios para atraer a sus víctimas y corromperlas.
- Existen infinidad de mitos y falsas creencias sobre el abuso sexual y sus implicaciones.
- Para muchas madres y padres de familia, el tema de sexualidad y abuso sexual, es difícil de abordarse, porque no saben cómo hacerlo.