3.1 Introducción

La prevención del abuso sexual infantil es un desafío complejo que demanda un abordaje integral desde múltiples frentes: la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en su conjunto. Este problema, que afecta profundamente a las víctimas y deja cicatrices emocionales y psicológicas a largo plazo, ocurre frecuentemente en entornos privados y es perpetrado en su mayoría por personas cercanas al entorno familiar de las niñas y los niños.
A pesar de los avances en derechos humanos y en la lucha por erradicar la violencia, la educación sexual continúa siendo un tema sensible y, en muchos casos, tabú en las familias. Esta falta de apertura y conocimiento genera una peligrosa desinformación que dificulta que niñas y niños puedan identificar y denunciar situaciones de riesgo. Además, las normas sociales predominantes, que fomentan la obediencia infantil sin cuestionamientos, complican aún más que los menores puedan resistirse a la manipulación o al abuso ejercido por figuras de autoridad.
En este contexto, la prevención del abuso sexual no puede recaer exclusivamente sobre las niñas y niños. Es fundamental contar con estrategias que incluyan a los adultos responsables de su cuidado, desde padres y madres hasta docentes y cuidadores. Por otra parte, es crucial desmantelar mitos profundamente arraigados en la sociedad que minimizan la gravedad del abuso o que responsabilizan injustamente a las víctimas.
Asimismo, la sociedad enfrenta otros desafíos estructurales que agravan esta problemática, como la normalización de la violencia en los medios de comunicación, las desigualdades de género y el acceso temprano de las niñas y los niños a contenidos digitales inapropiados. Todo ello evidencia la necesidad de un modelo educativo que aborde de manera interdisciplinaria y tecnológica la prevención del abuso sexual infantil, promoviendo una cultura de respeto, empatía y cuidado.
Es en respuesta a esta necesidad que surge el modelo multimedia “Eres valiente, di lo que sientes”. Desarrollado por Psicocartoon México, este proyecto integra herramientas tecnológicas avanzadas, como una película interactiva, personajes virtuales como “Guyus” y juegos educativos, para educar y empoderar tanto a niñas y niños como a los adultos responsables de su protección. Su enfoque no solo busca prevenir el abuso sexual, sino también fomentar habilidades emocionales y sociales que permitan construir relaciones saludables y respetuosas desde la infancia.
La implementación de este modelo no solo aborda la prevención, sino que también se enfoca en la detección temprana y el apoyo psicológico para quienes han sido víctimas. Con ello, se espera contribuir significativamente a la reducción de casos de abuso y a la creación de entornos seguros donde las niñas y los niños puedan desarrollarse plenamente.
En las páginas que siguen, exploraremos en detalle los componentes de este innovador modelo, su impacto potencial y su relevancia para transformar la educación en torno a la protección infantil y los derechos de la infancia.